domingo, 20 de octubre de 2013

La proeza de los ratoncitos descalzos de México

Niños indígenas de la sierra de Oaxaca, que juegan descalzos, se coronan en competencia de basquetbol en Argentina.
 ENVÍA
Los niños triquis ganaron los seis partidos que disputaron en Argentina. (Foto: Leobardo García/ Publicada en Milenio Dominical el mes de abril de 21013)
Los niños triquis ganaron los seis partidos que disputaron en Argentina. (Foto: Leobardo García/ Publicada en Milenio Dominical el mes de abril de 21013)
Agencias
MEXICO, DF.- Mientras México se tambalea en el futbol soccer, en basquetbol un grupo de niños indígenas que juegan descalzos han llamado la atención tras ganar un torneo internacional en Sudamérica.
La selección de basquetbol de niños triquis, originarios del estado sureño de Oaxaca, ha atraído las miradas tanto por sus triunfos como porque varios de sus integrantes suelen jugar descalzos en una muestra no de extravagancia sino de la situación de pobreza y marginación que viven en sus comunidades.
El último de sus éxitos ocurrió este mes en Argentina, a donde fueron invitados para participar en el 4to Festival Internacional de Mini. Los pequeños ganaron los seis partidos que jugaron.
El pleno de la Cámara de Diputados reconoció el triunfo de los pequeños con un minuto de aplausos durante la sesión del miércoles.
El diputado Gerardo Francisco Liceaga, del Partido Revolucionario Institucional, dijo que con los aplausos se reconocía a "jovencitos de muy escasos recursos a quienes nadie hace absolutamente publicidad ni caso".
El diputado perredista, Carlos de Jesús Alejandro, consideró que dicho reconocimiento no es suficiente y deben destinarse mayores recursos y apoyos para la niñez y el deporte en zonas de extrema pobreza.

"Un balón es una oportunidad"

Originarios de comunidades indígenas triquis de la sierra de Oaxaca, una de las zonas más pobres de México, los ocho niños que viajaron a Argentina forman parte de un programa creado hace tres años por un exjugador mexicano de basquetbol y que es visto por algunos como una manera de superar su situación de marginación.
"Un balón de basquetbol lo vemos como una oportunidad de vida, de desarrollo", dijo este miércoles a The Associated Press Ernesto Merino, un joven triqui que es uno de los entrenadores del programa.
Comentó vía telefónica que para los niños triquis "es normal" estar descalzos al vivir en comunidades donde las familias son grandes y no tienen dinero suficiente para cubrir varias de sus necesidades.
"Nos llaman los ratoncitos descalzos de México", dijo. Mencionó que a diferencia de otros niños, los triquis son pequeños, pero esa posible desventaja la buscan superar "con fuerza, velocidad y resistencia".
Emanuel Sánchez, jefe de prensa de la Comisión de Deporte del gobierno de Oaxaca, dijo a la AP que la institución apoya a los miembros de la selección triqui con tenis, uniformes y becas mensuales de 600 pesos (unos 46 dólares) para los niños y de 1,500 pesos para los entrenadores cada mes.
"Se les proporcionan tenis... pero algunos juegan descalzos", dijo.

Requisitos

Merino dijo que para entrar al programa deportivo se pide a los niños triquis cumplir tres requisitos: ir a la escuela y mantener un promedio superior a 8.5; hablar su lengua natal y apoyar en los labores de sus casas.
Se busca, comentó, "que todos estén preparados para lo que es la vida".
Refirió que actualmente la selección de basquetbol la integran 40 menores, incluidas cinco niñas.
El presidente de la Federación Internacional de Baloncesto Américas, Horacio Muratore, reconoció el trabajo de los pequeños y dijo que ese deporte "les da una oportunidad de vida a los chicos".
"Estos chicos se lo merecían más que cualquiera", dijo Muratore sobre su desempeño en Argentina, según comentarios citados en el sitio de internet la Federación.

Su hazaña frente al ridículo del Tri

Los niños triquis basquetbolistas ha recibido elogios, al tiempo que algunos los ponen como ejemplo frente a una selección nacional de fútbol que pese a los grandes recursos que recibe han tenido un pobre desempeño en su intento por llegar al Mundial de Brasil.
"Mientras los niños triquis hacían una proeza descalzos en Argentina, la Selección Mexicana de fútbol hacía el ridículo de nuevo", escribió en su cuenta de Twitter el diputado federal izquierdista Fernando Belaunzarán.
El 28 de abril de este año, Milenio Dominical publicó un reportaje de Julio I. Godínez Hernández, titulado "Niños triquis. Los campeones descalzos de la montaña", en el que destaca cómo los niños triquis han superado hambre y pobreza para convertirse en jóvenes atletas.

De indocumentado a genio de la neurocirugía: El sorprendente Dr. Q

DOMINICAL • 
Alfredo Quiñones-Hinojosa es uno de los médicos, investigadores y expertos en cáncer con más impacto y prestigio internacionales; llegó a Estados Unidos aún siendo niño y se empleó como jornalero y soldador hasta que un accidente transformó su vida.

Nueva York • En julio el Doctor Q estuvo viajando por México para proveer cirugía a pacientes sin recursos económicos. El Doctor Q, la abreviatura cariñosa con que se conoce al médico Alfredo Quiñones-Hinojosa, es director de los programas de Cirugía de Tumores Cerebrales y de Cirugía Pituitaria del hospital Johns Hopkins que, año con año, califica en primer lugar en Estados Unidos en esas especialidades.
Además de atender pacientes y operar en promedio 250 tumores al año, el Doctor Q dirige el Brain Stem Tumor Cell Laboratory, donde se investiga cómo surgen y crecen los tumores cerebrales. Quiñones es autor de artículos vanguardistas y su nuevo libro, Controversies in Neuro-Oncology, está programado para salir este mes. El doctor es además el nuevo jefe editorial de la enciclopedia Schmidek and Sweet’s Operative Neurosurgical Techniques, considerada la biblia de la neurocirugía y que bajo su comando aparece, por primera vez, en formato multimedia y digital. En pocas palabras, Alfredo Quiñones-Hinojosa es uno de los médicos e investigadores del cáncer con más prestigio e impacto internacionales. Y el Doctor Q es mexicano.
Quiñones nació en Polaco, un pueblito al sur de Mexicali. La devaluación de los años ochenta dejó a su familia en la ruina y Alfredo saltó la valla de la frontera para poder sobrevivir económicamente. De inmediato lo regresaron. Volvió a intentarlo. En 1987, logró cruzar por avión. Tenía 19 años y 65 dólares en el bolsillo. Eventualmente, su familia también tuvo que cruzar la frontera norte.
Alfredo recogía fruta, verdura, grano y algodón en el Valle de San Joaquín, en California. Cuando le comentó a un compañero de trabajo que quería aprender inglés, éste se burló de él diciéndole que era inútil: su futuro sería quedarse de jornalero indocumentado o que lo regresaran. El comentario lo hizo llorar. Pero no se dio por vencido. Tampoco se desanimó cuando su plan de tener un flete para transportar alimento fracasó.
Aunque durante años siguió buscando mejores chambitas, un incidente le cambió la vida. Al reparar una válvula, trabajando como soldador en una empresa ferroviaria, accidentalmente cayó en un tanque de petróleo. Trató de salir pero volvió a caer. Su papá y su cuñado lo sacaron ya inconsciente. Despertó en el hospital. Tenía 21 años.
Su padre le dijo que su recuperación era un regalo y que la vida es corta y debía aprovecharla sin olvidar al prójimo. Esas palabras fueron catárticas: Alfredo decidió buscar una profesión significativa en lugar de ambicionar hacerse rico.
Se inscribió en un community college (una especie de escuela vocacional). En esa época, el presidente Reagan firmó la Ley de la Reforma y el Control de la Inmigración y Alfredo tuvo la suerte de recibir un permiso temporal para trabajar legalmente, lo que eventualmente le permitió obtener la ciudadanía estadunidense. Gracias a una sucesión de becas, estudió en la Universidad de California, en Berkeley, en la Escuela de Medicina de Harvard con posgrados en Biología del Desarrollo y Biología de Células Madre por la Universidad de California, San Francisco.
En su autobiografía, Becoming Dr. Q, que por cierto sale ahora en español, Quiñones medita sobre causas posibles que lo llevaron a volverse médico. La muerte de una hermana en la infancia. La admiración que le ha tenido a su abuela partera. El impacto de las palabras de su padre que con frecuencia le decía: “Uno es arquitecto de su propio destino”.
En el mismo texto, el Dr. Q repetidamente se refiere al superhéroe de los cómics Kalimán, su ídolo de la infancia. Como es sabido, Kalimán posee poderes mentales extraordinarios como la levitación, la telepatía, la visión remota y la telequinesis. ¿Será que la admiración por esos poderes sobrenaturales lo influyó para elegir primero la Psicología y luego, las especialidades en Neurocirugía y Neurociencia? Después de todo, uno escucha a Quiñones citar frases sabias del superhéroe, tales como “quien domina la mente, lo domina todo”, “serenidad y paciencia, mucha paciencia” y “siempre hay un camino cuando se usa la inteligencia”, como fuentes que lo motivaron a ser tenaz.
Más en serio, la tenacidad y la persistencia le han sido indispensables en un camino repleto de dificultades. Desde que el Doctor Q cruzó la frontera hasta el día de hoy, a diario se despierta a las cuatro de la mañana y se duerme a las 12 de la noche. Durante su formación profesional trabajó en lo que pudo para mantenerse. Y siendo residente en un hospital en San Francisco tuvo otro roce con la muerte. Accidentalmente se picó con una jeringa que se había usado en un paciente con el virus de inmunodeficiencia. Durante un año recibió tratamiento sin saber si sobreviviría.
El racismo también ha cruzado por su camino. De estudiante, un compañero le dijo que era demasiado abusado para ser mexicano. Tuvo pacientes que no querían ser atendidos por él. Alguno insistió que era el portero del hospital, otro lo acusó de tener diplomas falsos, un tercero lo llamó dirty Mexican.
Una mañana de agosto, hablo por teléfono con el doctor Quiñones. Le pregunto cuál es la diferencia entre el racismo dirigido a un médico y el dirigido a un trabajador agrícola. Me responde que no hay diferencia técnica. El racismo es fruto de la ignorancia. Y uno debe enfrentarlo con la frente en alto y estar orgulloso de sus raíces y de las contribuciones que hemos tenido como migrantes a Estados Unidos.
Pero hace un paréntesis. Explica que en los años ochenta los inmigrantes eran bienvenidos pero la atmósfera ha cambiado, hoy hay mucho “negativismo”. Sin embargo, dice que mantiene su optimismo, que continúa siendo fiel al “sueño americano”, que sigue pensando que Estados Unidos, aún ahora, es un suelo fértil para triunfar, aunque hoy el desafío para lograr ser exitoso sea mayor. Le pregunto entonces qué consejos le daría a los DREAMers (los inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos de niños). Me contesta con idealismo inquebrantable: “Que sigan soñando, que nunca dejen de soñar”. Y con tono pragmático agrega: “Porque dejar de soñar es aceptar la derrota”.
Platicamos entonces sobre cuán decepcionante ha sido el que muchos políticos se están oponiendo a aprobar la nueva propuesta para una Reforma Migratoria. Le pregunto qué beneficios tendría la Reforma, de aprobarse. Me asegura que la respuesta sería un libro entero pero que uno de los beneficios es que la salud de los inmigrantes escalaría dramáticamente. Y no, no solo porque los inmigrantes tendrían mejores condiciones físicas que prevendrían enfermedades infecciosas o malnutrición, sino también porque la legalización haría inaceptable el maltrato que resulta del racismo y que produce padecimientos psicológicos.
Viramos la conversación a su trabajo. Hablamos sobre el hecho de que gran parte de los pacientes que opera tienen glioblastomas. Estos tumores del cerebro son los más comunes y agresivos. Son tratados con quimio y radioterapia y con cirugía pero rara vez conducen a más de uno o dos años de supervivencia. Me explica la razón de la ineficacia del tratamiento actual: “Como las células cancerosas son particularmente ágiles y migran a través de todo el cerebro, cuando se elimina un tumor ya se está formando uno nuevo en otra parte del cerebro”.
Entonces, le pregunto por qué insiste en darle esperanza a pacientes con este diagnóstico. De nuevo, con su entusiasmo práctico, afirma que lo hace porque “La esperanza es el único sentimiento más poderoso que el miedo”.
Otra razón se transluce de una lección que relata en su biografía. Durante sus estudios en Harvard, su compañero Niel, uno de sus grandes amigos, fue diagnosticado con un tumor cerebral maligno. Niel consultó a dos médicos. Uno lo desanimó. El otro le dio esperanza. Niel eligió al segundo y derrotó a las estadísticas: vivió más tiempo de lo esperado.
El incidente convenció a Q de que el médico dicta cuánto tiempo sobrevive un enfermo. Por eso considera que la actitud de los doctores hacia los pacientes debe ser, aunque realista, también optimista. Más adelante, en el mismo texto, el doctor observa que la lucha por sobrevivir de sus pacientes lo inspiró a investigar como curar el cáncer cerebral y es lo que sigue dándole esperanza y fuerza para continuar haciéndolo.
Seguimos platicando. Hago referencia a un dato que aparece en el sitio web de su laboratorio. Para investigar el desarrollo de los tumores cerebrales, el Doctor Q y su equipo de investigadores experimentan con tejido animal y humano adulto. Dado que el cerebro humano adulto se comporta de una forma diferente al de un feto, de un bebé y de un roedor, la ventaja de poder investigar el tejido humano canceroso y adiposo adulto es incalculable. El doctor confirma que así es. Aclara que estos tejidos se donan voluntariamente y se obtienen del paciente al mismo tiempo que se le extirpa el tumor. Comenta: “Donar tejido es participar en el avance de la curación. Hacerlo aumenta no solo mi esperanza sino también la de los pacientes”.
Le menciono información púbica sobre los avances de su laboratorio. En él se probó que existen células madre neurales en la zona subventricular del cerebro humano. Un dato de importancia para comprender y utilizar esta capacidad en la medicina regenerativa. Además, se descubrió que en los tumores cancerosos hay células que pueden reproducirse, es decir, que de alguna manera se comportan como células madre. El Doctor Q se explaya: “Sí, además son muy resistentes. A pesar de darles quimioterapia y radiación siguen creciendo y reproduciéndose. Entender el funcionamiento de las células madre normales nos empezará a dar algunos datos que podrían ser clave para entender la causa y el desarrollo de los tumores”.
Me refiero a que, recientemente, el laboratorio trabaja con la hipótesis de que es posible curar los tumores cerebrales atacando sus células con células madre grasas. Le pregunto si podría explicar qué es lo que los llevó a pensar de esa manera. Relata cómo descubrieron que, como en la leyenda del Caballo de Troya, en tubos de ensayo las células madre de grasa tienen la misma habilidad y agilidad que las células madre de la médula ósea para migrar en el cerebro, para reconocer a las células cancerosas, atraerlas y atacarlas.
“La ventaja es que obtener grasa del paciente es un procedimiento menos invasivo, menos doloroso y menos costoso que obtener tejido de la médula. Esto puede llevar a nuevos tratamientos directamente en el cerebro”. Y agrega, “el laboratorio investiga la manera de alterar las células de grasa para que funcionen como si fueran mulas y lleven consigo medicamento”. Entonces, le pregunto lo obvio: ¿Cuándo se podrá curar ese cáncer de cerebro? El doctor evalúa: “No lo sé todavía, pero lo que sí sé, es que gracias a nuestros esfuerzos y los esfuerzos de nuestros pacientes estamos más cerca ahora que ayer”.
Y dado que Quiñones continuamente se reúne con colegas en México, la conversación concluye con una pregunta sobre México y Estados Unidos. ¿Qué puede aprender un país del otro en cuanto a la medicina clínica y a la investigación biomédica? El doctor contesta: “Ambos países tienen grandes recursos humanos y el intercambio los enriquece. Pero los dos, y en especial México, necesitan invertir más en infraestructura educativa. Por otra parte, sería muy benéfico traer estudiantes mexicanos a Estados Unidos, pero que se comprometan a volver a México. Que vengan para aprender en instituciones que cuentan con tecnología de vanguardia”.
El libro All-In Nation, recién publicado por el Center for American Progress, presenta una pequeña biografía de Quiñones para ejemplificar el enorme impacto de un individuo en el progreso de la sociedad. Sin duda, Quiñones es un modelo a seguir. No sorprende que a menudo se le haya pedido inspirar a las generaciones futuras.
En sus presentaciones públicas siempre aconseja atreverse a soñar, tener la habilidad de fracasar una y otra vez sin perder el entusiasmo, buscar mentores que presionen pero que también apoyen, guíen e inspiren; transformar la agitación que produce el miedo en concentración, aspirar a la excelencia y confiar en que las oportunidades y la buena suerte le llegan al que las busca.
Los consejos pueden acaso sonar a clichés pero explican por qué, a pesar de enormes dificultades, el respetado Dr. Q pasó en pocos años de ser un indocumentado invisible a un individuo reconocido en su profesión internacionalmente. Explican también por qué Alfredo Quiñones-Hinojosa ha podido dedicarse a tratar y a investigar el cáncer del órgano del cuerpo humano menos conocido, a sabiendas que su curación es remota.

jueves, 10 de octubre de 2013




Ellen Ochoa

Ellen Ochoa, arte por Kendra Melton (http://kmillustration.blogspot.com

Ellen Ochoa es un héroe para muchas mujeres. Ella nació el 10 de mayo de 1958. Ella es mitad mexicana. Ellen Ochoa es héroe porque fue la primer astronauta femenina hispana; ella era una pionera, y ella es admirable.El 8 de abril de 1993, Ellen se convirtió en la primer mujer hispana en navegar al espacio. Ellen y cuatro otros astronautas masculinos se encontraban a bordo del transbordador espacial Discovery. En noviembre 3 de 1994, Ellen hizo un segundo vuelo al espacio en le transbordador Atlantis. Su puesto especial de trabajo era de utilizar brazos robóticos y mandarlos al espacio para capturar un pequeño satélite, de 2,800 libras, llamado “Spartan”.
Una pionera; eso es lo que es Ellen. Es interesante ser un astronauta, pero la primer mujer hispana en ser astronauta es hasta más interesante. Muchas mujeres dicen, “O, soy mujer, que chiste tiene?” Ellen no creyó en eso. Ella hizo lo que quiso, sin pensar lo que dijera la gente o de donde eran sus raíces. Siendo la primer persona en hacer algo es muy difícil. Los astronautas reciben mucho entrenamiento y Ellen nunca se dio por vencida, a pesar de que alguna gente no creía en ella.
Mucha gente admira a Ellen Ochoa. Cuando ella no podía decidir que carrera tomar, le preguntó a ambos, su profesor de física y su profesor de ingeniería. Su maestro de ingeniería le dijo que la ingeniería era muy difícil para una mujer. Su maestro de física le dijo que la física la llevaría a algún lado. A pesar de que su maestro de ingeniería le dijo que era mujer y no podría hacer ingeniería, ella siguió sus sueños de ingeniería. Ellen da un buen ejemplo de informarle a la gente de que incluso una mujer puede ser cualquier cosa que ella quiera ser.
Ellen todavía es considerada un héroe, no solo porque es la primer mujer astronauta hispana, no porque es una pionera, no porque es admirable, pero porque ella comprobó que la mujer puede hacer cualquier cosa que ella quiera. La mujer tiene las mismas oportunidades que el hombre. Todo lo que tienes que hacer es seguir tus sueños sin importar si eres hombre o mujer.

Ellen Ochoa con su grupo de la misión STS-110 (NASA)
Carla de Longmont, una de nuestras visitantes de MI HÉROE, escribió lo anterior las razones por las cuales ella cree que Ellen Ochoa es un héroe. Todos sus logros, siendo mujer, son muchos más que suficiente reconocimientos para ser considerada como héroe. Pero no solo fue su género lo que la hizo la héroe que es hoy en día, son también sus raíces y sus logros de avance y sus premios. Ella a hecho una diferencia en el mundo de astronautas y es una perfecta modelo a seguir para la comunidad hispana.
Ellen Ochoa nació el 10 de mayo de 1958 en Los Ángeles, California pero creció en La Mesa, California, la cual considera su ciudad natal. Se graduó de Grossmont High School en La Mesa, California en 1975 y recibió una licenciatura en Ciencias en Física de la Universidad Estatal de San Diego en 1980. Después de graduarse de la Universidad Estatal de San Diego, Ochoa consideró una carrera ya sea como flautista clásica o en negocios, pero la insistencia de su madre sobre la importancia de la educación la llevó a otro camino. Continuó con su educación ya que fue a la Universidad de Stanford donde recibió una Maestría en Ciencias en 1981 y un doctorado en ingeniería eléctrica en 1985.

Ellen Ochoa en su traje de espacio, en una nave espacial (NASA)
Mientras era estudiante doctoral en Stanford, y más tarde como investigadora en los Laboratorios Nacionales Sandia y del Centro de Investigación Ames de Nasa, ella investigó sistemas ópticos para realizar procesamiento de información. La Dr. Ochoa es la co-inventora de tres patentes para un sistema de inspección óptica, un método de reconocimiento de un objeto óptico, y un método para imágenes de eliminación de ruidos. Como Jefe del Servicio de Tecnología de Sistemas Inteligentes en Ames, la Dr. Ochoa supervisó 35 ingenieros y científicos en la investigación y desarrollo de sistemas de computación para las misiones aeroespaciales. [NASA]
La Dr. Ochoa fue seleccionada por NASA en enero de 1990 y se convirtió en astronauta en julio de 1991, mientras se convertía en la primer mujer astronauta hispana del mundo. Ella es especialista en misiones e ingeniera de vuelo siendo veterana de cuatro vuelos espaciales, ha registrado más de 950 horas en el espacio. Ha sido parte de vuelos espaciales tal como el STS-56, ATLAS-2 Discovery de abril 4-17, 1993, STS-96 Discovery de mayo 27 a junio 6, 1999, y el STS-110 Atlantis de abril 8-19, 2002.
La Dr. Ochoa también es parte de muchas organizaciones y ha recibido numerosos honores. Ella es miembro de la Sociedad Óptica de America (OSA), la Institución Americana de Aeronáuticas y Astronáuticas (AIAA), y las sociedades de honor de Phi Beta Kappa y Sigma Xi.

Premios de la NASA incluyen la Medalla al Servicio Excepcional (1997), Medalla Liderazgo Sobresaliente (1995), cuatro Medallas de Vuelos Espaciales (2002, 1999, 1994, 1993), y dos Premios de Ley de Tecnología Espacial Breve (1992). Galardonada con numerosos premios, incluyendo el Premio a las Mujeres Aeroespacial de logro excepcional, el Premio Ingeniero Hispano Albert Báez a la Mejor Contribución Técnica a la Humanidad, el Premio al Liderazgo de la Herencia Hispana, y alumna del Año de la Universidad Estatal de San Diego. [Biography Base] Ella también tiene dos escuelas que llevan su nombre: Ellen Ochoa Middle School en Pasco, Washington, y el Centro de Aprendizaje Ellen Ochoa, en Cudahy, California.
Además de su extraordinaria carrera como astronauta, la Dr. Ochoa es también una flautista de música clásica, una esposa, y una madre. Ahora vive en Texas con su esposo Coe Fulmer y sus dos hijos. Ella es una excepcional modelo a seguir para cualquier persona que quiere ir por encima y más allá. Ella quebró barreras sin hesitación y trabajó por lo que quería en la vida. Sus logros y sus premios hablan por si mismos y estamos muy orgullosos de que éste representando la comunidad hispana en excelente forma. Ellen Ochoa fue contra las adversidades y sobresalió, dando un excelente ejemplo de que todo es posible en la vida, y por esa razón, Ellen Ochoa es mi héroe!
Ellen Ochoa y su grupo regresando de una misión (LIFE)


Toda esta informacion fue sustraida del siguiente link:
http://miheroe.org/hero.asp?hero=ellen_ochoa_2010_US

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Conforme los siglos han ido avanzando los nuevos inventos hay ido modificandose y dandole mejores usos y modificaciones en el siglo XX vimos la invencion de la primera computadora como invento innovador ahora en el siglo XXI vemos muchas cosas nuevas a traves de la invencion de la primera computadora ahora vemos a travesde otros inventos innovadores que son las tabletas electronicas una bases de policarbonatos comprimidos en muchos circuitos reducidos a una compresion tan pequeña que vemos tantos inventos diarios que no sabemos que dia terminareos rodeados de robots que nos hagan los mandados.